JULIO 2019
Actualmente abunda el debate en torno a la afirmación de que existe un «derecho» a la familia o a vivir en un entorno familiar, en contraposición con el derecho plenamente aceptado a la protección de la vida familiar. Sin embargo, se presta poca atención a las consecuencias de esta afirmación para los derechos del niño en su conjunto, y en particular para los niños privados del cuidado parental. Aunque se dedica mucho tiempo a estos debates, es importante que los derechos individuales de cada niño sigan siendo la prioridad.